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A lo largo de su historia, Punta del Este ha sido un sitio alrededor del cual se ha conformado un universo gastronómico diverso y dinámico, que constantemente se renueva en su gusto y sofisticación.

La península de Punta del Este y sus alrededores conforman un área gastronómica inigualable en todo el territorio uruguayo, con una oferta que cubre una amplia variedad, nacional pero sobre todo internacional, apta para todos los gustos y bolsillos.

Es imposible hacer una valoración exacta de los sitios a visitar pero a la hora de elegir dónde comer, uno tiene que saber que la oferta es bien amplia y que no tendrá oportunidad de quedarse con las ganas de nada.

Desde las tradicionales cafeterías, pizzerías, chiviterías, los panchos –frankfurters-, y las hamburguesas y milanesas, hasta los más distinguidos tenedores de alta cocina, se encuentran a lo largo y ancho del balneario.  Es así que la oferta de precios también es grande, los que pueden ir desde unos pocos dólares por persona hasta opciones de más de cien.

Los clásicos estilos propios de la cocina uruguaya, de fuerte influencia italiana y española, y con notable presencia de los mejores cortes de carne del mundo, se complementan con lo mejor de la cocina francesa, asiática o árabe, panorama que es completado por la larga tradición marítima que, desde sus primeros pobladores, tiene la península.

La carta de postres también evidencia la influencia criolla y europea, y va desde el famoso dulce de leche , los alfajores o el flan, hasta las más sofisticadas y originales creaciones.

Bebidas como los tradicionales ‘Medio y medio’ y ‘Grappamiel’, sin olvidarse del mate, la infusión tradicional uruguaya, sobresalen como especialidades nacionales.

Por su parte, el vino conforma un capítulo en sí mismo, siendo Uruguay un productor de los mejores ejemplares en la región junto con Argentina y Chile, destacándose por excelencia la variedad Tannat.